Redacción El Madrazo

El reportaje publicado por los periodistas Sam Dillon y Craig Pyes, este último ganador del prestigiado premio Pulitzer a lo mejor del periodismo de Estados Unidos, el 23 de febrero de 1997, en el prominente diario The New York Times, estableció que con base en informes de la agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en ingés), el entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones (1991-1997), ofreció protección a Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, para que el narcotraficante pudiera operar en el estado.

La oficina de la DEA en Hermosillo, Sonora, recabó datos de sus cinco agentes que operaban en el estado en ese momento. Parte de esa información la administración de Bill Clinton se la hizo llegar al presidente Carlos Salinas de Gortari. 

En el estado gobernado por Fabio Beltrones se transportaron bastas cantidades de marihuana por carretera; los automovilistas pasaban por la línea fronteriza con Arizona cargamentos de metanfetaminas; y fuera de Hermosillo y otras ciudades de Sonora, los traficantes viajaban en convoyes o en jets privados, con protección de agentes federales y estatales.

Aunque el hoy líder nacional del PRI negó la información, como lo dice la intelectual Denise Dresser, nunca hubo una investigación abierta, seria y contundente para desmentir o validar las acusaciones presentadas por el reportaje de los periodistas estadounidenses.

En la segunda semana de mayo, a menos de 24 días de los comicios del 5 de junio en Quintana Roo, Fabio Beltrones, validó y apoyó una denuncia de su partido contra el candidato del PAN-PRD, a la gubernatura del estado, Carlos Joaquín González, por una “noticia” publicada en el periódico Por Esto! que vincula al ex priista con un empresario dedicado a actividades ilícitas.

El viernes pasado, la coalición que impulsa la candidatura de Joaquín González, interpuso una denuncia en la delegación del la PGR en Quintana Roo, por el vínculo de ese mismo empresario con el candidato del PRI-PVEM-Panal, Mauricio Góngora Escalante y el gobernador Roberto Borge Angulo, a partir de fotografías que usuarios distribuyeron en la redes sociales, en las que se les ve a los priistas en eventos de importancia al lado del personaje incómodo. Fue un antídoto al inicio de una guerra sucia a la cual se prestó el periódico dirigido por Mario Renato Menéndez Rodríguez, que antes fue un bastión del periodismo crítico en Quintana Roo. (Fuente: The New York Times / Foto: Internet)